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Twitter, què t’ha passat?

Avui us vull fer una reflexió que em passa pel cap (des de potser massa temps i tot), que segurament a uns quants no us agafarà per sorpresa, Twitter ja no és el que era.

Els darrers dies amb els atemptats de Barcelona i Cambrils ja ha estat massa. Des de quan hi ha tant d’odi a Twitter? Per què la gent va a buscar la ferida? I tot d’una forma tan gratuïta.

I si a tot això es barreja amb ideologies, idees que sota el meu punt de vista moltes vegades estan fora del que hauria de ser una societat democràtica, fa que a vegades doni fàstic entrar-hi.

Diguis el que diguis, segur que sortirà alguna persona replicant el que has comentat com si la vida anés amb aquella piulada, i amb quina intenció? per creure’t el més xulo i ràpid de la xarxa?

Aquests dies he vist una vinyeta que resumeix perfectament tot això (piulada de Monica Lalanda).

twitter2017

Ja fa temps que piulo molt poc i la majoria de les piulades que faig són enllaços propagats de forma automàtica des d’altres webs, però de tant en tant algun cop em deixava caure, sobretot des del mòbil quan estava una mica avorrit. Però es que ara ja ni m’atrau això, raó per la qual he decidit d’instal·lar-me l’aplicació de Twitter del mòbil.

No estic dient que no tornaré mai més a entrar perquè això mai se sap, però si em contesteu a una d’aquestes piulades automàtiques i no us contesto, no m’ho tingueu en compte, és simplement que no ho he vist. Segur que la vostra vida no dependrà d’una contestació meva a Twitter, o si? *

* Trobareu altres formes de contactar amb mi si ho desitgeu, la majoria de tots vosaltres sou llestos 😉

Internet gana al teléfono en felicitaciones

tartacumpleDecir que Internet, y en especial las redes sociales, han cambiado nuestros hábitos, es una obviedad, y a días como hoy me remito. Hoy es 28 de octubre, es decir, es mi cumpleaños, concretamente el que hace número 35. Ya el año pasado ya hice un pequeño post sobre el 28 de octubre de 1974, así que no me voy a repetir, sino que esta vez quiero mencionar un fenómeno que cada año se va engrandeciendo.
En días como hoy los seres humanos tendemos a felicitar al prójimo, como se suele decir, no todos los días se cumplen años. Lo que en mi infancia eran llamadas de familiares y amigos que me deseaban prosperidad, en la actualidad se ha transformado en mensajes de felicitación en mis perfiles sociales.
Supongo que el hecho que en las redes sociales, y en especial Facebook (red social que estoy suscrito, y que en la actualidad posee más seguidores en el mundo), tengas de poner la fecha de nacimiento para apuntarte, hace que ese dato sea compartido por tus contactos, y tan pronto llegue el día de tu aniversario empieces a recibir felicitaciones. Esto es lo que me ha pasado hoy, desde primera hora de la mañana han ido llegando tales mensajes, haciendo un total hasta el momento, de 15. A este número habría que añadir las 8 felicitaciones vía Twitter, y 6 correos a mi cuenta de correo recibidos por sitios donde me he apuntado, y tuve de dejar la fecha de nacimiento, haciendo $un total de 29 buenos deseos vía Internet.
En cambio si ponemos en el otro lado de la balanza el método tradicional de felicitación, el teléfono, bien sea en su vertiente de fijo o móvil, el número de felicitaciones tan sólo ha llegado a 6. Como se puede ver mis conocidos prefieren felicitarme a través de la red, y como ya dije al principio, esta diferencia de 29 a 6 se va haciendo cada vez mayor a medida que se van pasando los años.
Nos estaremos insocializando, o es que hoy en día parece que el mundo gire a través de las redes sociales. Yo personalmente todavía soy de los que doy mucho valor al método tradicional, es decir la felicitación en persona, o bien mediante una llamada, seré un romántico pero donde este la voz que se quiten las palabras. No con esto menosprecio las felicitaciones escritas, todo al contrario, se agradecen mucho, aunque por desgracia, no siempre te acaban felicitando las personas que te gustaría que lo hicieran.

La web 2.0 es real, no virtual

red
Iba a escribir un artículo en la página que gestiono sobre Facebook (FBCAT), sobre el programa de TV3 de ayer sobre las redes sociales, cuando al final he decidido no hacerlo, y escribir unas pequeñas reflexiones en este blog mío personal casi olvidado, porque quiero hacerlo como Francesc Pérez, y no como usuario de una red social.

La web 2.0 da para muchas ideas, reflexiones y comentarios, pero ayer en la hora y media de programa solo dieron vueltas a los típicos y tópicos de Internet: privacidad y seguridad, no digo que no sea importante, pero el debate empieza al menos a mi a cansarme un poco, para después ir a parar a otro tema, la gente entra a estos sitios para ligar. De haberlos haylos, pero reducir toda la web 2.0 a ese concepto, es simplificar la realidad.

Facebook, red social sobre la que se baso gran parte del debate, y por extensión, cualquier otra red, es algo más que todo eso, es compartir, interactuar con usuarios que de otra forma sería complicado hacerlo. Sí, tengo una teoría, internet aproxima a las personas, y no al contrario como algunos nos quieren hacer ver.

Pero lo que realmente me tiene cansado, es la continua separación de la vida que ejercemos en las calles de nuestras ciudades, con la vida que llevamos en la red. Sí, a una la llaman la vida real, y a la otra, la vida virtual. Es decir, este blog no es real, entonces, ¿que es mentira?, y por extensión, ¿lo es cualquier cosa que hago en la red?. No sé a vosotros, pero empieza a parecerme un discurso antiguo, o a caso:

No son reales las personas que he conocido gracias a las nuevas tecnologías.
No son reales mis risas (incluso lloros) que me han producido conversaciones a través de mensajería instantánea.
No son reales las alegrías que te llenan el cuerpo cuando alguien dice, oye pues no está mal tu web.
No son reales los sentimientos que te produce una fotografía o video visto en Internet.
– Al fin y al cabo, ¿no es real MI VIDA 2.0?

Y así podría poner muchos ejemplos, por lo que por favor dejar de tratar a Internet como algo ficticio, la Web 2.0 es real, y ha venido para quedarse, y no para ser una moda pasajera.

Una chica andaluza, el catalán y el IRC

Chit ChatHe de decir que llevo bastantes años por internet y porque no reconocerlo, llevo mucho tiempo navegando y chateando por gran parte de los sistemas aparecidos y desaparecidos en los últimos años. Quizás algunos recuerden que antes de que apareciera el boom de la mensajería instantánea a principios de este siglo, dónde su máximo exponente es el incombustible MSN Messenger o Messenger live como se llama en la actualidad, había un sistema que dominaba en Internet el concepto de hablar en tiempo real, era el IRC (Internet Relay Chat). Un protocolo de comunicación en el cuál mediante salas comunitarias permitía interactuar a los usuarios que se daban cabida en ese espacio virtual. Para los usuarios de habla hispana existía una red dentro de este protocolo, llamado IRC-Hispano que congregaba a todos los usuarios hispanohablantes.

A finales de la década de los 90, IRC era la forma habitual de chatear, no existía la Web 2.0, y toda la gente que quería hablar con los usuarios y abrirse a nuevas culturas, cosa difícil antes de la aparición de Internet, visitaba los canales de IRC-Hispano. Los canales locales eran utilizados por centenares de personas simultáneamente, mientras que los generalistas era a veces un caos por su aglomeración masiva. De esa época guardo grandes recuerdos, hasta llegue a hacer alguna quedada colectiva, y es por eso que alguna vez entro a IRC-Hispano. ¡Si! el protocolo IRC todavía existe, pero todo hay que decirlo, ya no hay tanta gente como antes, se podría decir que casi todo el mundo se ha ido a las redes sociales, dejando para nostálgicos o gente que no le gusta las nuevas tendencias, esos canales de chat. Yo a parte de nostalgia entro sobre todo cuando la Web 2.0 me agobia un poco. Me da la sensación de que al entrar en un canal de chat las cosas vayan más despacio, como si volviera a la Web 1.0, donde no había tanto movimiento y tanta información compartida, simplemente gente que quería hablar. Uno de los problemas (aunque tiene más ventajas que problemas la Web 2.0), es su ritmo, personalmente el afán de volver la web actual en una web en tiempo real hace que vivamos en una continua aceleración, y a veces me gusta bajarme para que las cosas se detengan por un momento, es una forma de reponer fuerzas para volverme a subir al caballo de la información.

Después de más de 10 años de chateo y visto grandes cosas y anécdotas, de las cuales destacaría por ejemplo, una chica que coleccionaba peces muertos, no le gustaba tirarlos al retrete. O aquel día que hable con una chica colombiana, que resulto ser la mejor amiga de la mujer de mi compañero de doctorado (ya me diréis cual es la probabilidad de acabar hablando con una persona de la otra punta del planeta con un solo grado de separación, y no los famosos 6 grados de separación que se necesitan según la famosa teoría, pues seguramente muy baja), se podría decir que ya nada me sorprende, he visto o mejor dicho, he leído de todo, y es por eso que difícilmente alguien me sorprende en Internet, bueno mejor dicho casi nadie me sorprende de forma positiva, ya que de negativa sí que de vez en cuando me llevo algún chasco. Pero he de decir que ayer me sorprendieron gratamente.

Ayer entré en el IRC-Hispano, quería hacer un post precisamente sobre la anécdota de la chica colombiana, pero debido a lo que sucedió ayer he decido cambiar el tema. Resulta que entre en el canal (concretamente el canal donde estaba era el de #mas_de_30) cuando hice la pregunta a una chica, ¿hola de dónde eres?, me dijo de Córdoba pero vivo en Málaga (si no recuerdo mal). Hasta allí se podría decir que normal, yo le contesté de Tarragona, y acto seguido empezó a escribir en catalán. Pensé, debe tener familia catalana, pues no, simplemente había salido en su pasado durante 2 años con un chico catalán, y ese había sido motivo suficiente para empezar a aprender catalán, bueno eso junto a que el chico/familia era de fuerte carácter catalán, le habían empujado a aprender nuestro idioma. Pero lo sorprendente de todo esto, es que de unos fines de semana que compartía con su chico, junto a leer libros en catalán, se puede decir que ha adquirido un catalán ciertamente correcto. No voy a decir que no cometía faltas o castellanismos, los cometo yo que soy catalanoparlante, pero lo más destacable es que la conversación iba fluida. Yo alguna vez he chateado en ingles, y reconozco que soy muy lento, porque primero pienso en mi lengua, luego traduzco al inglés y al final miro que tenga sentido gramaticalmente la frase, y eso al menos a mi me lleva cierto tiempo. Ella justifico el aprender el catalán por sentido común, y puso el ejemplo, “a que cuando vas a Francia, has de hablar en francés, pues si yo iba a Catalunya tenía de hablar en catalán, o al menos entenderlo”, ya que me reconoció que le hacia un poco de vergüenza hablarlo delante de mucha gente. Después de más media hora hablando en catalán, me pidió que cambiáramos a castellano, ya que le resultaba mucho esfuerzo escribirlo, y quizás pensaba que la conversación no era del todo fluida, cosa que ya he dicho antes no era la impresión que me daba a mí. Así que a partir de allí lo seguimos haciendo en castellano, ya que a mí no me importa a hacerlo, y era lo que me esperaba al decirme que era andaluza.

Pero vamos a ser sinceros, esta forma de pensar no es la habitual, y mi ciudad es un claro ejemplo de ello, ya que hay gente que lleva más de 30 años y todavía no saben decir “pa amb tomàquet”, cada uno que saque sus conclusiones si eso es correcto o no. He nacido en una zona donde tengo la gran suerte de dominar dos idiomas, y no entiendo porque todavía hay gente que eso lo ve como un problema. Sin querer entrar en política, que ya sabéis que no me gusta, el hablar el catalán no es una forma de estar en contra de nada, ni buscar fantasmas y cosas raras que a veces oímos en la televisión, no señores, la diversidad cultural es riqueza y no pobreza de un estado. Es una lástima que en tiempos que corren me sorprenda que una chica andaluza quiera aprender catalán por el simple hecho de venir a Catalunya, pero si, por desgracia me sorprende, y espero que algún día alguien me explique ¿por qué?.

Cuando pasas de la red a la realidad

Ayer estuve en un encuentro un poco peculiar, el autodenominado por los anfitriones como el Twitts&Xmas. En que consistía este evento, pues en reunirse una serie de personas que bajo la plataforma de Twitter mantienen una cierta conexión. Supongo que no hará falta que explique que es Twitter, ya que muchos de vosotros la conoceréis o al menos habréis oído hablar de ella, por lo que evitaré pegaros un rollo técnico del tema. Si aún así desconocéis el tema, os recomiendo que busqueís información en internet que hay miles de enlaces dedicados a Twitter, la Web que fue considerada la mejor Web revelación en el 2007.

Pues el evento de Twitts&Xmas, consistía en reunirnos unos usuarios de Twitter alrededor de una mesa, tomando unas cervezas y hablando sobre la red y el futuro de las nuevas tecnologías. Yo como un usuario bastante novato de Twitter puede sacar bastantes ideas, además de poner cara a los nicks que normalmente sigo, y eso no me negaréis que no deja de tener cierta gracia.

Es la primera vez que hago una cosa como esta, ir a un evento de este tipo, pero no es la primera vez que conozco a gente por Internet, y esto me ha hecho pensar y es lo que me gustaría desarrollar en esta entrada, ¿cuándo fue la primera vez pase de lo virtual a lo real?, y después de hacer memoria, he de decir que eso ocurrió en el 2002 cuando tenía 28 años. Pese a llevar ya varios años por la red, incluso mi Web ya disponía de dos años de antigüedad, decidí introducirme en el mundo del chat recomendado por un amigo. Una época donde no existían ni las redes sociales ni todavía se habría creado el fenómeno de la Web 2.0, yo me dispuse a descubrir un mundo que en algunos aspectos cambio parte de mi vida. Como la gran mayoría de gente que empezó a chatear en aquella época casi prehistórica de Internet, mi entrada al mundo de la interacción con lo virtual fue por el IRC, aquella red precursora en muchos aspectos, y casi difunta en la actualidad.

Supongo que mi historia podría ser muy parecida a la de mucha gente internauta, charlas con gente (no voy a negarlo, normalmente con el género femenino), congenias con algunos, se intercambia la dirección de mensajería instantánea, y de allí supongo que viene lo siguiente, decides con quien quieres dar el siguiente paso, y con quien no, y por tanto en que casos esa amistad virtual puede llegar a ser amistad real. De mi primera y segunda experiencia con personas conocidas en Internet, aunque las recuerdo (mi memoria es implacable en algunos aspectos), se podría decir que mejor no comentarlas, pero en cambio de la tercera persona siempre guardaré un buen recuerdo.

Era una chica de 34 años (la llamaré M) de un pueblo muy pequeño a 30 minutos de Tgna ciudad, y pese a llevarnos 5 años de diferencia, que tampoco es que sea mucho, congeniamos desde un inicio. Desde un principio nos llevamos bien, siempre desde el punto de vista de amistad, no penséis más allá, porque no hubo nada más. Incluso desde un buen inicio, yo le presente a mis amigos y ella hizo lo propio con los suyos. Se puede decir que se unieron los grupos, y nos reuníamos de vez en cuando para hacer calçotadas y demás eventos festivos, todo ello en el inicio del año 2003.

Yo por aquella época también chateaba con una chica, ésta estaba a 500km de distancia de mi ciudad, y un día se me ocurrió la idea de añadir a ambas chicas en una conversación en el messenger. Curiosamente las dos chicas se llevaron bien, y cuando decidí ir a conocer a mi ciberamiga lejana, M no se lo pensó y quiso venir también. Así que ya me veis con M, una amiga conocida hacia un par de meses por Internet y dos amigos más, estos de toda la vida, cogiendo el coche para conocer una nueva chica de Internet. No me negaréis que la situación es un poco surrealista, y seguramente en la actualidad no lo haría, pero en aquel momento lo hice, y sin arrepentirme por ello.

Los siguientes meses siguieron en esa tónica, nos reuníamos mis amigos y sus amigos, para salir de fiesta o de vez en cuando hacer barbacoas, incluso por aquella época a M se le veía contenta, nuevo trabajo e inicios de una relación con un chico, pero un día cambiaron las cosas, me llamo y me dijo que estaba en el hospital, le habían diagnosticado cáncer.

Las cosas iban bien, estaba siendo tratada en Barcelona y pese a la dureza de la quimio, siempre se la veía contenta y sin dar muestras de lo que seguramente pasaba por dentro de su cuerpo. El tratamiento hacia sus frutos, la operaron, e incluso no le tuvieron que cortar la pierna, tal como le dijeron en un buen principio que pasaría. La enfermedad había empezado por el pie. Recuerdo como junto a un amigo fuimos a Barcelona a visitarla al hospital, estaba muy alegre e ilusionada, solo pensaba en poder salir un sábado a bailar, se mostraba lo que realmente era M, una chica alegre y con ganas de vivir.

Le dieron el alta y volvió a su casa, y así continuaron las semanas, como si lo ocurrido en los últimos meses no hubiera pasado, hasta que un día recibí una llamada suya. Sino recuerdo mal era un lunes por la tarde, su voz parecía muy desolada, me dijo que estaba esperando la ambulancia porque tenía de ir de nuevo al hospital, no me quiso decir porque, aunque su tono de voz me dejaba intuir muchas cosas, por lo que me dijo, simplemente quería hablar con un amigo un poco, y me dio la sensación (es una sensación muy personal que no se hasta que punto es la realidad) de que en aquel momento algo pasaba con su pareja, porque me dejo caer, que en un momento tan duro no sabía hasta que punto podía contar con él. Esa fue la última vez que hable con ella, mis siguientes intentos en las semanas siguientes tanto de llamadas como de correos electrónicos no tuvieron respuesta. No tan solo yo, incluso mis amigos también lo intentaban con la misma suerte que yo. Mi amigo D fue el último de poder contactar, una llamada suya fue respondida por la hermana de M, ésta le dijo a D, que M no estaba en condiciones de poder hablar. Los siguientes intentos seguían teniendo una respuesta nula, no había forma de contactar con ella, por lo que el paso de los meses hizo que al final desestimaros la idea de poder contactar con ella.

Algunas veces hablo del tema con mis amigos, y siempre llegamos a la misma conclusión que la resumo en una frase que dijo D un día, “ojala se enfadará y no quisiera saber nada más de nosotros, porque cualquier otra opción (seguramente más realista) no sería buena”.