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Los pilares de la Tierra

los-pilares-de-la-tierraAcabo de ver la mini-serie basada en la novela de Ken Follett, Los pilares de la Tierra. He de decir que la novela no me la he leído y no tengo intención de hacerlo, un libro de más de 1000 páginas es sinceramente de lo que menos me atrae de este mundo, soy más de novelas más cortas. Si no recuero mal la novela más larga que jamás he leído es Drácula (cerca de las 600 páginas) y porque tenía muchas ganar de leer el original después de tantas adaptaciones filmográficas.

La serie está dividida en 4 capítulos de cerca de 2 horas cada uno y que se deja ver fácilmente, es decir que no se hace muy pesada, todo y que la trama va haciendo múltiples giros de guión.

Supongo que muchos conoceréis de que va la historia, y es la de un maestro de obras cuyo mayor sueño es la construcción de una catedral, pese a la oposición del clérigo del lugar que llega a ser obispo y posteriormente Arzobispo de Canterbury.

Hay varias tramas que se van simultaneando alrededor de la construcción, como son los amores de los protagonistas así como la lucha por sucesión de la corona.

No puedo opinar si es mejor el libro que la serie, eso lo dejo para los que han leído el libro y visto la adaptación del mismo.

Construmat, quien te ha visto y quien te ve

Ayer pude visitar la feria dedicada a la construcción, Construmat. La había visitado con anterioridad, antes de que explotará el boom inmobiliario y que España cayera en una crisis que costará de salir.

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En aquella ocasión la feria se celebraba tanto en el recinto de Montjuïc de Barcelona, así como en Gran Vía de L’Hospitalet de Llobregat. Se podría decir que lo importante se encontraba en la ciudad condal mientras que en Gran Vía se destinaba a los acabados (revestimientos, pinturas, …). Esto ha cambiado, ahora todo el certamen se encuentra en L’Hospitalet únicamente, recinto menor, y la cantidad de expositores por tanto ha disminuido.

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¿Dónde está la gran maquinaria en este 2013? Pues desaparecida. Una de las cosas más pomposas en ediciones anteriores, camiones de gran pesaje, grúas kilométricas, y demás pesos pesados que llenaban las calles de la feria han desaparecido, nada de nada se puede ver ahora.

¿Revestimientos? Ni idea. Ninguna marca de cerámica se encuentra en Construmat 2013, el único acabado que se puede ver en la feria es la industria del parquet, estará de moda ponérselo en los pisos.

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Lo que también ha cambiado, y en este caso para mejor, es que hace bastante hincapié, así lo atesora el gran número de stands, es la concienciación de realizar viviendas sostenibles. Eficiencia energética, reducción de emisiones, menores consumos climáticos cada vez son más importantes en la sociedad actual, por lo que en Construmat no podían quedarse de banda.

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¿Y Construmat 2015? Pues supongo que será más o menos como este año, ya que difícilmente veo que se vuelva al estado de especulación urbanística que se vivió en años anteriores.

Construcción y periodismo, los derechos

Este mundo es muy curioso. La burbuja inmobiliaria ha explotado, miles y miles de puestos de trabajo se han perdido y centenares de empresas han caído por el camino. Conclusión de la mayoría de la población, ya les esta bien, se lo merecen, han vivido muy buen durante el boom, nadie dijo/dicho, no se están construyendo viviendas, se está atentando contra el derecho a una vivienda digna, ¡lógico, no faltaría más!

Pero ahora vamos a otro sector, el del periodismo. Con la nueva situación del país, que en resumidas cuentas hay menos dinero, y paradojas de la vida, una de las razones de esta crisis (no digo que sea la única) es porque ha petado la burbuja inmobiliaria, se han tenido de recortar muchas plantillas de redacción, incluso medios privados han tenido de cerrar porque no son rentables, y es cuando la gente se vuelve loca, mejor dicho muchos periodistas se vuelven locos (en especial por twitter que parece que es donde se creen semidioses), donde afirman, que si se está atentando contra el derecho a la libre expresión, que si no se qué.

Quizás nos tendríamos de plantear en esta sociedad, que de la misma manera que no necesita tantos constructores, quizás tampoco necesite tantos periodistas, y dejar de ver fantasmas donde no los hay, y eso que no me he metido con la labor supuestamente imparcial de muchos periodistas, eso me llevaría otro post, ¡como mínimo!

Diferencio entre el sector privado y público

Yin-YanEn esta sociedad hay dos tipos de ámbitos o lo que sería más fácil de decir, gente/empresas que se dedican al sector privado y otros al sector público. No voy a entrar cual es mejor, simplemente digo que hay dos sectores, y por tanto yo los miro desde diferentes puntos de vista.

Para explicar esta entrada pondré tres ejemplos, el primero tiene que ver con mi trabajo laboral, el segundo con la sociedad, para finalizar con las nuevas tecnologías.

Llevo varios años trabajando en el sector de la construcción/obra civil, y se puede decir que he visto de todo, y sobre todo me han comentado de todo. Una de las cosas más recurrentes es la corrupción de personas, obras, y demás ambiente que rodea este mundo. Que si una obra ha costado el doble de lo presupuestado, por errores o no, que si comisiones de personas que intervienen directamente o indirectamente en la obra, y que hace que se dispare la factura a final de mes, todo ello mediante historias que parecerían más de ciencia ficción que otra cosa. Cuando la obra es privada, y la sufraga un promotor o una comunidad de vecinos, no suelo entrar demasiado, que han tenido que pagar a un encargado bajo mesa para acelerar la obra o tener un trato de favor, pues allá ellos, es su dinero y ellos sabrán en que se lo gastan, pero claro, cuando la obra es pública, lo miro diferente. Que una carretera vale el doble, porque por medio hay gente corrupta, o que la obra ha sido concedida a una empresa de 600km de distancia de la obra, aunque salga más cara, porque la persona encargada de la adjudicación es amigo de la infancia del empresario, me toca las narices, porque al fin y al cabo esa carretera en parte la estoy pagando yo con mis impuestos, y es por eso que el tema no me hace mucha gracia.

El segundo ejemplo, tiene que ver con la sociedad, y con el deporte rey, el fútbol. El país se paraliza cuando juega la roja, eso no lo vamos a negar. Normalmente suele suceder por las noches, cuando la gente ya ha dejado su puesto de trabajo, pero en ocasiones, como sucedió tanto en la Eurocopa del 2008 como en Mundial del pasado verano, suele pasar en horas no tan habituales, como son por la mañana o a inicios de la tarde. Que una tienda, o un grupo de trabajadores de una nave industrial dejen de trabajar, ellos sabrán, o mejor dicho su jefe sabrá si hacen bien o no, pero lo curioso viene en la clase política. Uno de estos partidos, sino recuedo mal, el España-Suiza del mundial, se jugó a primera hora de la tarde, y lo sorprendente fue ver como en los telediarios de aquel día, la noticia más comentada resulto ser que el Congreso de los Diputados estaba totalmente vacío, los diputados habían decidido hacer campana, y encima salían por la tele diciendo su pronóstico de cara el partido que se iba a jugar. Vamos que encima de no atender sus obligaciones, se reían en la cara, no tan sólo de los ciudadanos, sino de las instituciones, a veces tan alabadas por la misma gente que no para de dañarlas. No hace falta decir que a mí esa situación me parece vergonzosa, agudizada porque todos esos personajes cobran de los impuestos que nosotros pagamos religiosamente.

Por último, voy al tercer ejemplo, y que está pasando cada vez más en estos tiempos que corren. Está relacionado con las nuevas tecnologías, y principalmente con Twitter. Ahora está de moda twittear a todas horas, que si en cenas, que si mirando la televisión, vamos que el móvil ha dado esa facilidad de la inmediatez, y a la cual estoy muy a favor, pero con ciertos límites. Que si sales a cenar y haces fotos de la comida para compartirla, o estás en un debate y quieres dar tu idea, pues me parece estupendo, cada uno es libre de hacerlo, pero que pasa cuando la persona es por ejemplo un político, pues mi visión cambia un poco. Por ejemplo que en un pleno de un ayuntamiento twittee el periodista acreditado, me parece correcto, su jefe decidirá si quiere tener empleados con twitter o no, no es mi problema, pero cuando el que twittea es el regidor en medio de los plenos, pues sinceramente no me gusta. Creo que el pleno bien se merece su atención al 100% y que se dedique a estar por la labor de tomar decisiones, al fin y al cabo muchos políticos cobran su sueldo gracias a nuestros impuestos, y por tanto la sociedad se merece que esté atento en los plenos. Cuando acabe el pleno que twittee, o escriba un post en su blog, me parecerá perfecto, e incluso no me meteré a que dedica su tiempo libre, pero cuando su sueldo en parte depende de mí, que menos de un mínimo de respecto aunque sea en los plenos del Ayuntamiento. No sé vosotros, pero a veces me da la impresión que todo lo que se hace por Twitter está bien, incluso es bueno para todos, pero lo siento, a mi no me hace gracia que personas, cuyo sueldo sale de los impuestos de los ciudadanos, estén más pendientes de la pantalla del móvil que de su trabajo, y sobre todo de debatir y llegar a iniciativas que puedan mejorar la vida de los ciudadanos.